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FOTO: EFE

Gladys Tejeda. La guerrera del lago.

¿Cómo ganarle la carrera a la ignorancia y a los estereotipos racistas?

Publicado: 2015-07-22

El Lago Chinchaycocha es uno de los lugares más bellos del Perú. Desde hace casi 41 años, es una Reserva Nacional. Su símbolo es el Zambullidor de Junín, una especie endémica en peligro de extinción. Un ave que prospera en un lugar en donde el viento helado te recuerda a cada instante la dureza de la vida a 4000 metros sobre el nivel del mar. El lago sufre desde tiempos coloniales la contaminación de origen minero. Y también la de origen doméstico. Una situación que sigue sin solucionarse. 

La Ciudad de Junín, capital de la provincia del mismo nombre, está ubicada a orillas del lago. En 1974 recibió el título de “Heroica”. Sus pampas fueron el escenario en 1824 de la Batalla de Junín, un triunfo clave en la Guerra de la Independencia. Con una pequeña población, la ciudad y las comunidades cercanas siguen presentando múltiples carencias.

Ahí nació el 30 de setiembre de 1985 Gladys Tejeda. 29 años después, ella cruzó primero la meta de la Maratón Femenina de los Juegos Panamericanos de Toronto. En el medio hay una larga historia de esfuerzo familiar y personal. De momentos difíciles. En ocasiones las dudas invadieron a Tejeda. Inclusive tuvo que enfrentar un triste momento en el año 2012, cuando denunció haber sido víctima de una agresión de su entonces entrenador. Pero, como una verdadera guerrera, se sobrepuso a todo.

Sus logros son impresionantes. El 2010 fue segunda en el Sudamericano de Media Maratón. Luego ocupó el puesto 21 en el Campeonato del Mundo de dicha modalidad. El 2011 fue medalla de bronce en la Maratón Femenina de los Juegos Panamericanos de Guadalajara. En el 2012 corrió por primera vez la Maratón Olímpica en Londres. En el 2013 fue segunda en los 5000 metros en el Sudamericano de Atletismo. El mismo año ganó la Media Maratón de los Juegos Bolivarianos realizados en nuestro país. El 2014 hizo el récord nacional para esta última distancia en Dinamarca.

Sus méritos no han pasado desapercibidos. En el 2012 la designaron Hija Predilecta de la Provincia de Junín. Y antes de las Olimpiadas de aquel año, ella y su maravillosa madre –Marcelina Pucuhuaranga–, fueron protagonistas de una campaña de una conocida corporación de productos del hogar: “Criando a un Atleta Olímpico”. El video ha sido visto miles de veces en estos días. Estamos frente a una atleta excepcional. Un orgullo para el país. Sin embargo, nuestra prensa ha mostrado una imperdonable falta de preparación. Continuamente los periodistas erraban en señalar su lugar de nacimiento y mostraban desconocer su historia deportiva. Aún peor, la prensa ha puesto en evidencia sus estereotipos de clara connotación racista.

“Cholita de oro" fue la portada de un diario y el título de una nota televisiva ¿Qué revela dicha expresión? De las muchas cosas que acabo de relatar, los medios decidieron resaltar la apariencia física y el origen étnico de Tejeda. ¿Por qué? Fíjense que usan la expresión supuestamente cariñosa de "cholita". Es decir, intentan ligar el aspecto físico a algo "positivo". Algo así como "Miren, hay una chola buena -de oro-." Si esta fuera una sociedad igualitaria, no hubieran usado "cholita". Precisamente porque decirle a alguien negro o cholo, no tendría una carga negativa implícita, como sí sucede en una sociedad discriminadora como la nuestra. Es porque hay un contexto "negativo" que los medios usan la variante "cholita". Y por eso el titular se hace "atractivo". ¿Acaso cuando ganó Pancho Boza, alguien tituló su nota "Un blanquito de oro"? Sin duda nos toca a todos nosotros ganar nuestra propia carrera contra la ignorancia y los estereotipos.

Columna publicada en Diario 16.


Escrito por

Ivan Lanegra

Enseño ciencia política en la PUCP y en la Universidad del Pacífico. Tras 20 años en el Estado, intento escribir con simplicidad sobre él.


Publicado en

Ensayos de Estado

Textos breves sobre política, Estado y gestión pública