Las mujeres del Senace
Escollos y desafíos de la nueva entidad a cargo de aprobar los EIA
Cuatro mujeres lideran el Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles – SENACE, un organismo público adscrito al Ministerio del Ambiente. Algo inédito fuera del sector Mujer. Creado a fines del 2012, el SENACE tiene por principal función aprobar los Estudios de Impacto Ambiental detallados, es decir, los de gran escala y de mayor complejidad técnica. Tras dos años de preparativos, en unos meses el SENACE empezará a ejercer sus competencias. En casi toda América Latina –y en el mundo – la evaluación de impacto ambiental de los proyectos de inversión es una tarea de la autoridad ambiental. El Perú es aún una excepción. Aquí, la aprobación de los EIA la han realizado las entidades públicas encargadas de promover los proyectos evaluados. Esto cambiaría este año.
La política del SENACE es definida por su Consejo Directivo. Este lo conforman los Ministros del Ambiente –quien lo preside–, Economía y Finanzas, Agricultura y Riego, Energía y Minas, Producción y Salud. El diseño prioriza a los sectores económico-productivos. Por lo tanto, su legitimidad y autonomía –de los intereses sectoriales en particular– descansa en gran medida en sus niveles ejecutivos y de gestión.

ROSA MARÍA ORTIZ
En diciembre de 2013 se designó – por un período de tres años– a la abogada Rosa Ortiz como la primera Jefa del SENACE. Ortiz ha laborado en el OSINERGMIN y en el Ministerio de Energía y Minas –como Directora General de Hidrocarburos y como asesora del Viceministro de Energía–. Ha sido Presidenta de Perupetro y miembro del Comité Pro Seguridad Energética de Proinversión. Y fue parte del Gabinete de Asesores del Presidente Humala. Un perfil que la muestra más cerca del sector extractivo. En cambio, las tres directoras de línea (Gestión Estratégica, Certificación Ambiental y Registros Ambientales) son profesionales con una importante experiencia en entidades ambientales como el Ministerio del Ambiente, el OEFA, el CONAM y la DIGESA del Ministerio de Salud. La selección –en conjunto– muestra un balance positivo entre perfiles y experiencia.
Los primeros EIA que evalúe el SENACE serán claves. En particular en minería e hidrocarburos, ahora con nuevos reglamentos ambientales. Los críticos –desde todos los frentes– resaltarán lo que, desde sus puntos de vista, son sus debilidades. Mientras que de un lado se dirá que la evaluación es laxa – e incluso pro-empresarial – y se reclamará su urgente reforma, desde el otro se hablará de trámites innecesarios, de una burocracia obstructora, de exigencias excesivas, cuestionando incluso la existencia del SENACE.
Pero el EIA no puede funcionar eficazmente en soledad. Requiere apoyarse –entre otros instrumentos– en la planificación territorial, en límites máximos permisibles exigentes y en capacidades de fiscalización efectivas. En todos estos campos las limitaciones o amenazas de retroceso son evidentes. A esto hay que sumar la falta de mecanismos institucionales que enlacen los EIA con la protección de los derechos de los pueblos indígenas –en el ande y en la Amazonía–, en especial con la consulta previa. Todas estas cuestiones que el SENACE no puede resolver por sí solo.
En un año que inicia con conflictos socioambientales tocando fuerte a la puerta, con nubes grises en el horizonte económico, la tarea del SENACE no es sencilla. Su situación es, en realidad, de vulnerabilidad. Asegurar las capacidades –humanas, normativas y presupuestales- mínimas no será suficiente. Ni bastará la buena comunicación. Una estrategia política será indispensable para superar los escollos de su primer año de pleno funcionamiento. Es indispensable que el Ejecutivo respalde el trabajo de Ortiz y sus tres directoras. Única manera de garantizar la sostenibilidad de la que –con sus imperfecciones– es posiblemente la principal reforma ambiental del actual gobierno.
Columna publicada en Diario 16.
P.D. Esta columna fue escrita antes de que se confirmara que Rosa Ortiz -en ese momento Jefa del SENACE, asumiría el cargo de Ministra de Energía y Minas. La primera mujer en dicho puesto en la historia del país. Su nombramiento confirma su perfil cercano al sector minero-energético. El SENACE queda sin titular. Nuestra preocupación por su futuro es ahora mayor.